8/11/17

¿Qué es la felicidad?

Menuda pregunta a la que haremos frente en esta ocasión. Sin duda, es una de las preguntas que todo hombre se hace y se transforma en una pregunta personal ¿cómo puedo ser feliz? 

Es una cuestión tan trascendental que de ello depende la desgracia o la realización de una persona, no solo al final de su vida, sino a lo largo de cada momento que conforma su existencia.

Podemos descubrir y detallar dos dimensiones de la felicidad:
  • Objetiva: que consiste en la posesión del conjunto de bienes de la vida buena (tener una buena familia, amigos, honor, salud, riqueza moderada, contemplar la verdad y practicar la virtud), los cuales significan par el hombre perfección y plenitud.
  • Subjetiva: que consiste en alcanzar aquello que aspiramos. Esta dimensión también hace notar que la felicidad tiene un carácter dual, pues aunque es lo que nos mueve en todas nuestras acciones, nunca la alcanzamos por completo.
Se podría resumir en la siguiente frase: la felicidad es el bien último y máximo al que todos aspiramos, el que dirigen todas nuestras acciones y colma todos nuestros deseos.

Uno podría pensar que el sufrimiento y el dolor es un impedimento para ser feliz. Sin embargo, la felicidad no es un sentimiento, ni un estado; la felicidad es una condición de la persona misma. La persona no está feliz, sino que la persona es feliz. Es algo tan profundo y radical que afecta la propia vida. Por eso una persona puede ser infeliz en medio de riquezas y bienestar, al igual que otra puede ser feliz incluso en el sufrimiento y pobreza. 

La felicidad no está en el tener, sino en el ser. Y el modo de ser acorde con la persona es ser con otros, por eso solo en el amor se puede alcanzar la felicidad. “Gran parte de la felicidad radica en tener a quien amar y amarle efectivamente, hasta hacerte feliz”. Esto ya se expuso brevemente en el ensayo anterior al argumentar la importancia vital del amor.

Darse a uno mismo es el modo más intenso de amar. Darse exige un destinatario: otra persona, no una cosa, ni una planta, o animal. Pero ¿sólo se puede hacer con respecto a otro ser humano? Inmediatamente nos damos cuenta de varios problemas. Por ejemplo, los humanos somos muy frágiles y volubles, la muerte termina con esa entrega entre las personas, otra persona humana no es suficiente de colmar todas las capacidades del hombre.

Por estas razones el hombre se devuelve a sus interrogantes sobre lo eterno, lo definitivo y lo absoluto. Los clásicos ya lo dijeron: “Dios es la suprema felicidad del hombre”, pues en Él se colman plenamente todos los deseos y anhelos del hombre. “Un vacío infinito sólo puede ser llenado por el Infinito”.

Fuente: "Fundamentos de Antropología Filosófica" de Ricardo Yepes Stork e ideas personales.

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