7/6/17

Interpretaciones materialistas del hombre

El hombre es un ser finito, pero capaz de trascender los límites espacio-temporales y a sí mismo. El materialismo es una perspectiva antigua, pero vigente, que reduce al hombre a su aspecto físico-corporal y a todos los seres a la materia.

1. Feuerbach: el hombre es dios para el hombre

Ludwing Feuerbach -filósofo alemán de la “izquierda hegeliana”- dice que el hombre es el Dios para el hombre.  Considera a Dios y a la religión como una mera ilusión antropomorfa, para demostrarlo, afirma que es sólo un ser sensible es real y como Dios no es tangible ni medible, entonces no existe realmente. En un afán de liberar al hombre de toda regla él expresa “niego a Dios para afirmar al hombre”. Así, el hombre es principio y fin de la religión. El género humano es el único ser absoluto, perfecto, infinito e ilimitado. De esta manera el hombre creó a dios a su imagen y semejanza.

2. Marx: inmanencia absoluta del hombre

Para Karl Marx -filósofo alemán quien ideó el socialismo científico- la esencia del hombre es la praxis (el trabajo) con ello transforma su ser y la naturaleza. Influenciado por Feuerbach y por Hegel, sustituye al espíritu por la materia como la única realidad que se realiza en la historia, la cual avanza a través de la lucha dialéctica de clases y la transformación violenta de la infraestructura socioeconómica.

Existe una relación de mutua transformación entre el hombre y la naturaleza, esa relación es el trabajo, que tiene un carácter de auto creación. Si el fruto del trabajo no se otorga a la persona que trabajó, se da una alienación: primero económicamente (por la explotación) y después religiosamente (pues la religión se considera el opio del pueblo que sólo da consuelo ilusorio).

El comunismo se propone el restablecimiento del equilibrio entre hombre y la naturaleza, a través de la superación de todo alienación económica y religiosa.

3. Freud: materialismo psicoanalítico

Sigmund Freud -psiquiatra alemán fundador del método psicoanalítico- considera todo el proceso psíquico como reflejo de factores materiales ligados a la corporeidad, en especial a la libido sexual que ha sido censurada y reprimida.

Freud hace un análisis de la persona de manera tripartita: 1) el Yo (sede del mundo empírico), 2) el Ello (donde nacen de los impulsos instintivos) y 3) el Super Yo (sede del inconsciente, que busca liberarse de las normas y liberarse expresándose a través de los sueños, el arte, la filosofía y la religión. Para Freud, la esperanza sin fundamento en el más allá es lo que va a compensar las represiones que se dan en esta vida. Reduce al hombre al instinto, sin Dios ni trascendencia.

4. Camus: materialismo humanista

El objetivo de Albert Camus -filósofo francés existencialista- es lograr la felicidad de manera sensible, sin trascendencia y que se logra en el acuerdo entre el ser y el modo de vida que lleva. Ni siquiera se plantea la Verdad y el Bien como valores absolutos orientadores, sólo piensa en lo relativo y momentáneo. Pero, le interesa profundamente el sentido de su existencia.

Se pregunta ¿vale el sinsentido y el absurdo?

Y responde de tres maneras: 1) “Mito de Sísifo” (el dichoso hedonista despreocupado), 2) Suicidio físico (es paradójico porque confirma que la vida tiene sentido) o espiritual (abandonarse en la religión a un absoluto incognoscible), 3) Rebelión (rechazo de la fe, afirmación de la razón que plantea preguntas y exige respuestas).

Camus hace un llamado a la santidad sin Dios, siendo buenos y correctos, solidarios y comprometidos con el aquí y el ahora (expresa que uno debe tener vergüenza de ser feliz solo); no resignados al mal y al sufrimiento como los cristianos (“el cristianismo es la religión de la injusticia”, ese Dios es inútil e incluso nocivo).

5. Sartre: materialismo existencialista

Jean Paul Sartre -filósofo francés existencialista- identifica equívocamente el existencialismo con el ateísmo. El problema decisivo no es Dios, sino la imposibilidad de conciliar su existencia activa con la libertad humana, que para Sartre es la misma esencia humana y única fuente de la moralidad. El hombre está condenado a elegir. Pero en la libertad puede brotar la nada, porque puede decir ¡NO!  Sin Dios, ni valores aplica perfectamente la frase de Dostoievski “si Dios no existe todo está permitido”. Sartre reniega abiertamente lo que se le manifiesta con evidencia, pues expresa “aunque existiera Dios nada cambiaría”. Defiende a capa y espada la autonomía y la emancipación.

6. Materialismo práctico: “vivir como si Dios no existiera”

Este materialismo con todo tipo de regímenes de todos colores con sistema capitalista en donde el capital prevalece sobre el individuo. No se niega la existencia de Dios, sino que se “vive como si Dios no existiera”. La existencia humana se mide conforme a bienes materiales, su producción y consumo. Valora a la persona por lo que tiene y no por lo que es. Favorece el relativismo y el indiferentismo.

Fuente: "Horizonte vertical" de Ramón Lucas Lucas e ideas personales.

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