16/8/17

El fundamento del individuo y la sociedad

En esta ocasión abordaré un tema que resulta fundamental para el individuo y para la sociedad: la familia. Este breve escrito se organizará en tres partes: primero la definición y los fines del hogar, después porqué es importante y cómo se construye, y finalmente sus principales efectos y algunas actitudes que dañan el mantenimiento armonioso de la familia.

Entonces, en primer lugar, se puede definir el hogar como el “lugar donde la persona se guarda a sí misma junto a sus posesiones. Es allí donde tiene la conciencia clara de ser él mismo, sin necesidad de disimular”. El carácter personal del hombre origina un lugar auténtico y peculiar: su hogar.

El hogar cumple con múltiples “fines”, entre las cuales cabe destacar:
  • Sustrato del crecimiento: donde se origina la vida humana (a través de la procreación), donde se nace, se habita y se crea la propia biografía, donde se echa raíces y se arraiga.
  • Propiedad, territorio y patrimonio: no hay hogar si no hay dueño, no hay hogar si no hay la materialidad del territorio sobre el que uno se posesiona y no se puede construir una nación si no hay un conjunto (grande) de hogares que se relacionen, establezcan una identidad común, sientan orgullo por su territorio y cultura, y esté dispuestos a defenderlo.
  • Inmerso en el ciclo de la vida: la vida humana alterna el descanso y el trabajo, en la casa uno se prepara y toma fuerzas para luego ir al trabajo y ganando el sustento con el sudor de la frente se vuelve a casa para compartirlo con la familia, descansar, jugar, entretenerse y tomar fuerzas para el trabajo que seguirá.
  • Parte de la intimidad: en él guardamos parte de nuestro yo y es allí donde nos encontramos con nosotros mismo s y nos enfrentamos, sin máscaras, a los pensamiento y sentimientos más profundos e inquietantes.
  • Clima de amistad: a través del diálogo se comparte mutuamente la intimidad, somos capaces de decir las cosas claras y de escuchar atentamente a los demás. Por eso en la casa lo ideal es el reino de la mistad, donde se acepta a cada uno como es y no por lo que tiene o aparenta tener. En el hogar, también, es donde se debe aprender a resolver las diferencias y conflictos a través del diálogo, no con insultos ni golpes. Precisamente la falta de comunicación origina y empeora los roces en las relaciones familiares.
  • Ambiente de formación, cuidado y confianza: es allí donde se toma conciencia de la propia existencia y la de los demás, es allí donde se forma la personalidad, donde se adquieren los buenos y los malos hábitos, donde se aprenden los valores, donde se cuida al niño, al enfermo y al anciano de manera desinteresada, pues no se fija en la utilidad que reporta o reportará, sino en la dignidad que posee por ser persona, además del cariño originado por la relación de consanguinidad y/o amistad.
En segundo lugar, reconocemos que el hogar tiene una importancia capital por todo lo que implican las fines antes mencionados. Pero, para hacerlo más explícito utilizaré 3 frases: “la felicidad humana depende en buena medida de la relación del individuo con su familia”, “la familia es un bien necesario para los pueblos y un fundamento irrenunciable para la sociedad”, “un hombre viaja alrededor del mundo para buscar lo que necesita y vuelve al hogar para encontrarlo”.

Ahora, para la construcción de un nuevo hogar requiere la entrega amorosa total y única entre un hombre y una mujer. Todo ser humano proviene de un hombre y una mujer. Todos tenemos padre y madre. Y para para crecer protegido y feliz se requiere del calor y la seguridad de una familia. El matrimonio es el fundamento de la familia y los hijos que provienen de esa unión también tienen el derecho y el deber de mantener un hogar en paz. “Construir un hogar, mantenerlo y cuidar a las personas que hay en él, es más rico y profundamente humano que trabajar y transformar el medio”.

Finalmente, con respecto a los efectos, me refiero a las consecuencias jurídicas, organizativas y sociales que se originan de la grandísima importancia de la familia, del hogar. Por ejemplo, la legislación internacional y nacional debe velar porque cada individuo tenga un hogar y que éste se proteja de todo lo que lo quiera dañar o destruir. La misma Declaración Universal de Derechos Humanos establece que “la familia es el elemento fundamental y natural de la sociedad y tiene derecho a la protección del Estado y la misma sociedad”.

Sin embargo, hay algunas posturas y corrientes que intentan y de hecho dañan a los hogares y por ende a los individuos y a la sociedad en su conjunto. Me centraré específicamente en dos: el machismo y el feminismo, los cuales ciertamente son extremos opuestos, pero tienen un punto común: proclaman la independencia del varón o la mujer respecto a las tareas que les impone la construcción y mantenimiento de un buen hogar. Su intento por lograr una mayor equidad en el acceso a oportunidad es muy bueno; sin embargo, las actitudes machistas y feministas conciben al varón o a la mujer como sujetos “emancipados” que se deben dedican afanosa y exclusivamente a su autorrealización individual dejando totalmente de lado la relación dialógica y amoroso entre los esposos y para con los hijos.

Fuente: "Fundamentos de Antropología Filosófica" de Ricardo Yepes Stork e ideas personales.

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