La característica principal de la democracia es que le otorga un valor capital a la decisión de los ciudadanos de un Estado. Pero, esta cualidad precisamente se torna en su defecto más fuerte, pues tal determinación casi nunca es la mejor para todo el pueblo.
Durante los últimos 2 siglos, por el gran impacto que tuvo la Revolución Francesa, la democracia había sido considerada la mejor forma de gobierno. Pero la ciudadanía actual se siente incómoda con respecto a la democracia y está poniendo en tela de juicio este sistema político.
Dada la gran dificultad de generar un consenso “de todo el pueblo”, se pensó en la democracia representativa con la cual todos los ciudadanos podrían elegir a una alguien que los identificara y asegurara el bienestar de todos. A partir de ese momento, se formaron los partidos políticos (que haciendo uso de la legítima libertad de pensamiento, expresión y asociación) conformaron tendencias políticas que poco a poco se fueron distanciando, llegando al extremo de polarizarse.
Las personas se han dado cuenta que la democracia se ha reducido, en muchas ocasiones, a la mera competición por ganar las elecciones y asegurar un puesto en el poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial. Y debido a que detentando el poder político, también han gozado de cuantiosos beneficios económicos (legales e ilegales), han degenerado la democracia en un medio para favorecer intereses particulares, pasando por encima (o incluso olvidando) del bien común.
Sin embargo, el problema de la democracia no está en los políticos. La debilidad de la democracia nace en la falta de acceso a información objetiva proporcionada por medios de comunicación imparciales. Un grandísimo reto para estos medios, que en muchas ocasiones (siguiendo la lógica del mercado) se venden al mejor postor y juegan a favor de sus intereses.
Y la más grave, la falta de educación de los ciudadanos. Un pueblo ignorante es más fácil de engañar y manipular, más fácil de hacerle creer en promesas que no se cumplirán y más fácil de convencerlo de que no hay ninguna alternativa.
Nos encontramos en una situación muy compleja, en la que es muy difícil escoger a un gobierno responsable y verdaderamente representativo para la ciudadanía. Esta falta de responsabilidad, ha provocado que la sociedad se siente ajena a la política y no les interese el gobierno. Así se completa el círculo vicioso en el que la sociedad se aleja del sistema político, y el sistema se aparta cada vez más de la sociedad.
Sin embargo, afirmo que si todos los ciudadanos tuviéramos más educación de calidad podríamos decidir mucho mejor, basándonos en información veraz y completa de medios de comunicación libres de manipulación. Si todos estuviéramos más preparados, si se nos enseñara a analizar clara y objetivamente, si tomamos la conciencia de que nosotros somos los mandantes y de que el fue elegido sólo está para servir a la comunidad, si somos capaces de crear y ejecutar mecanismos de transparencia en el uso de recursos públicos y de castigar al corrupto, sólo entonces podríamos hacer realidad la verdadera democracia.
¡Educación! ¡Esa es la solución!
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